
Juguemos un juego,
donde nuestras almas lloren sangre,
donde la belleza es algo efímero,
juguemos al amor...
Lamentemos nuestras penas,
regalemos los llantos a la vida,
imaginemos las ganancias,
y devanemos nuestra ira.
Pensemos de una forma cruel...
quemando angustias,
descuartizando promesas,
y envenenando nuestras sonrisas.
Rasguemos lágrimas en los rostros
amenazando con el dolor
soportando los miedos
por amor a la discordia.
¿Aún deseas jugar?
...Dancemos a la muerte en aquel preludio...
amordazando impulsos y deseos....